Rompiendo barreras: el Piso Terapéutico «Teodor Llorente» impulsa una dinámica para visibilizar y combatir el estigma asociado a las adicciones
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas —que se conmemora cada 26 de junio— y coincidiendo también con el Día contra la Criminalización de las Personas que Usan Drogas, bajo el lema internacional “Support. Don’t punish” (Secunda. No castigues), el Piso Terapéutico «Teodor Llorente» de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), en Barcelona, llevó a cabo una emotiva y muy bien acogida dinámica grupal centrada en el estigma asociado al consumo de drogas.
El objetivo de esta actividad fue generar un espacio de reflexión y expresión emocional en torno a las múltiples formas de estigmatización que sufren las personas con drogodependencias, tanto a nivel social como institucional. Desde el inicio, el encuentro estuvo marcado por un ambiente de respeto, escucha activa y apoyo mutuo, en el que las personas participantes compartieron vivencias personales cargadas de rabia, tristeza, frustración y, al mismo tiempo, resiliencia y comprensión colectiva.
La sesión comenzó con una introducción sobre el concepto de estigma. Se explicó su origen etimológico —que remite a las marcas físicas impuestas en la antigüedad a quienes transgredían las normas sociales— y se abordó cómo, aún hoy, persisten formas de señalamiento y discriminación, aunque ya no sean visibles. Esta estigmatización sigue afectando profundamente la vida de quienes consumen drogas o han vivido procesos de adicción.
A lo largo de la dinámica, se identificaron distintas dimensiones del estigma: por un lado, el estigma público, vinculado a los prejuicios sociales amplificados por los medios de comunicación y por entornos cercanos como la familia, la amistad o el ámbito laboral; por otro, el estigma institucional, que hace referencia a normativas, leyes y prácticas de entidades públicas y privadas que restringen derechos y oportunidades. Además, se abordó el autoestigma, es decir, la interiorización de esos prejuicios por parte de la propia persona, lo cual impacta negativamente en la autoestima, la autoimagen y la capacidad de pedir ayuda.
Este conjunto de factores incide directamente en la salud física, psicológica y social, dificultando los procesos de recuperación y la inclusión social. Entre las consecuencias más comunes se encuentran la vergüenza, el aislamiento, la ansiedad, el desempleo o el abandono del tratamiento.
En la segunda parte de la dinámica, el espacio se tornó aún más vivencial: cada persona pudo reflexionar sobre una situación estigmatizante vivida en primera persona. Quienes lo desearon, compartieron sus experiencias con el grupo, así como las emociones asociadas y las respuestas que les hubiera gustado dar en su momento. Este ejercicio generó una profunda conexión grupal, favoreciendo la empatía y el reconocimiento mutuo.
Como cierre de la actividad, se presentó el Observatorio Alerta Estigma, una iniciativa impulsada por la Federación Catalana de Drogodependencias (FCD) junto con la Subdirección General de Drogodependencias de la Generalitat de Catalunya. Este recurso, activo desde 2020, permite denunciar situaciones de estigmatización vinculadas al consumo de drogas, fomentando así la sensibilización social y la garantía de los derechos de las personas afectadas.
Desde la Fundación Salud y Comunidad celebramos la excelente acogida de esta dinámica, que pone de relieve la importancia de trabajar el estigma no solo desde la teoría, sino también desde la vivencia compartida. Actividades como esta refuerzan nuestro compromiso con una atención integral, libre de prejuicios, que dignifique y empodere a las personas en proceso de recuperación.
